Pasado ya la mitad del año y la mitad del mes, es hora de poner la canción de julio. Esta vez para "La canción de mes" he escogido una balada relativamente reciente de Alejandro Sanz titulada "A la primera persona". Como ya sabéis, el videoclip está situado en la barra de la derecha.
Alejandro Sanz, cuyo verdadero nombre es Alejandro Sánchez Pizarro, nació en Madrid el 18 de diciembre de 1.968. Su carrera comienza a finales de los 80, al grabar el disco "Los chulos son pa' cuidarlos" de tinte infantil o juvenil, bajo el nombre de Alejandro Magno, álbum que pasó desapercibido. Poco después, en 1.990, participa junto a Tino Casal en el segundo disco de Juan Carlos Valenciaga, "Como un placer". Su auténtico despegue se da en 1.991, cuando firma con el sello Warner y graba el disco "Viviendo deprisa", con 10 canciones de su autoría y bajo la producción de Miguel Ángel Arenas, "Capi". Nadie le vaticinaba éxito debido a su letras complejas que decían que no encajaban con la juventud de la época. De esta producción destacaron "Pisando fuerte" y "Se le apagó la luz". Su estilo romántico se dirigía principalmente al público femenino.

Alejandro Sanz - "A la primera persona"
A la primera persona que me ayude a comprender
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harto de perderte sin querer.
A la primera persona que me ayude a salir
de este infierno en el que yo mismo decidí vivir
le regalo cualquier tarde pa' los dos, lo que digo
es que ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
El oro pa' quien lo quiera pero si hablamos de ayer:
es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.
Pero es que...
a la primera persona que me ayude a sentir otra vez
pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe,
aunque si no eres la persona que soñaba para qué.
¿Qué voy a hacer de los sueños? ¿qué voy a hacer con aquellos besos?
¿qué puedo hacer con todo aquello que soñamos? Dime dónde lo metemos.
¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez?
¿dónde guardo las promesas, dónde guardo el ayer?
¿dónde guardo, niña, tu manera de tocarme?
¿dónde guardo mi fe? Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar,
no hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor! pero es que
cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.
A la primera persona que me ayude a caminar
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien
pero es que ya estoy harto de perderte.
Y a la primera persona que me lleve a la verdad
pienso entregarle mi tiempo, no quiero esperar más,
yo no te entiendo cuando me hablas ¡qué mala suerte!
y tú dices que la vida tiene cosas así de fuertes.
Yo te puedo contar cómo es una llama por dentro,
yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego,
y es que amar en soledad es como un pozo sin fondo
donde no existe ni Dios, donde no existen verdades.
Es todo tan relativo, como que estamos aquí,
no sabemos, pero, amor, dame sangre pa' vivir,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.
Y es que...
a la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor! pero es que
cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.
A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
Ni siquiera dónde estar...
A la primera persona que me ayude a comprender
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle mi fe,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien,
pero es que ya estoy harto de perderte sin querer.
A la primera persona que me ayude a salir
de este infierno en el que yo mismo decidí vivir
le regalo cualquier tarde pa' los dos, lo que digo
es que ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
El oro pa' quien lo quiera pero si hablamos de ayer:
es tanto lo que he bebido y sigo teniendo sed,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.
Pero es que...
a la primera persona que me ayude a sentir otra vez
pienso entregarle mi vida, pienso entregarle mi fe,
aunque si no eres la persona que soñaba para qué.
¿Qué voy a hacer de los sueños? ¿qué voy a hacer con aquellos besos?
¿qué puedo hacer con todo aquello que soñamos? Dime dónde lo metemos.
¿Dónde guardo la mirada que me diste alguna vez?
¿dónde guardo las promesas, dónde guardo el ayer?
¿dónde guardo, niña, tu manera de tocarme?
¿dónde guardo mi fe? Aunque lo diga la gente yo no lo quiero escuchar,
no hay más miedo que el que se siente cuando ya no sientes nada,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor! pero es que
cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.
A la primera persona que me ayude a caminar
pienso entregarle mi tiempo, pienso entregarle hasta el mar,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no pido que las cosas me salgan siempre bien
pero es que ya estoy harto de perderte.
Y a la primera persona que me lleve a la verdad
pienso entregarle mi tiempo, no quiero esperar más,
yo no te entiendo cuando me hablas ¡qué mala suerte!
y tú dices que la vida tiene cosas así de fuertes.
Yo te puedo contar cómo es una llama por dentro,
yo puedo decirte cuánto es que pesa su fuego,
y es que amar en soledad es como un pozo sin fondo
donde no existe ni Dios, donde no existen verdades.
Es todo tan relativo, como que estamos aquí,
no sabemos, pero, amor, dame sangre pa' vivir,
al menos tú lo sabías, al menos no te decía
que las cosas no eran como parecían.
Y es que...
a la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
niña, tú lo ves tan fácil, ¡ay amor! pero es que
cuanto más sencillo tú lo ves, más difícil se me hace.
A la primera persona que no me quiera juzgar
pienso entregarle caricias que yo tenía guardadas,
yo no digo que sea fácil, pero, niña,
ahora mismo ya no tengo ni siquiera dónde estar.
Ni siquiera dónde estar...
P.D.: A mí esta balada de Alejandro Sanz me encantó cuando salió, por la letra. La verdad es que de este artista no me suele gustar mucho su estilo, pero debo reconocer que tiene algunas letras estupendas. ¿Os gusta este artista? ¿Y su particular estilo a la hora de componer y cantar? ¿Conocías y os gusta esta canción en concreto? Si queréis más información, podéis hacer click aquí.
Hasta pronto corazones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario