En esta quinta entrega de la sección "Descubriendo Dinamarca" donde expongo por temas lo que voy conociendo de este país para disfrute personal y, quién sabe, quizás también para ayuda de futuros estudiantes o visitantes temporales, he elegido hablar de algo que forma parte activa de la vida diaria danesa: la bicicleta.
Este ágil pero práctico objeto es el medio de transporte utilizado por estas tierras por excelencia. A veces aún me sorprende ver a gente en bicicleta a pesar de que llueva o incluso nieve, y más con el estupendo (aunque caro) sistema de transportes públicos que tienen. De hecho es muy común ver a personas de todas las edades sobre dos ruedas, siendo "estas típicas de abuela", de rueda delgada y sin barra en medio (y con su cestica y todo delante, detrás o en ambos lados) las más fáciles de encontrar.
Con 10.000 km de carriles para bicicleta, es el segundo país que más la desarrolla, sólo por detrás de Países Bajos. Además, si no se dispone de bicicleta propia siempre se pueden usar las situadas en la calle en las que al insertar una moneda puedes comenzar a pedalear y cuando has llegado tu destino esa misma moneda te es devuelta al volverla a encadenar.
Conocedores de sus beneficios tanto para la salud personal como para el medio ambiente, el gobierno central es el primero que impulsa y fomenta su uso entre la población poniendo altos precios a las matrículas de ciclomotor y también fuertes impuestos al vehículo privado. Este mensaje ha calado bien hondo entre los corazones daneses y es por eso que se sienten muy orgullosos de este transporte tan utilizado, pues hasta un 25% de los trabajadores usan este objeto como medio de transporte diario.
P.D.: Los primeros días que estuve aquí conseguí una y, aunque no me atrevo a ir en ella estas semanas de invierno, la verdad es que viene muy bien. ¿Qué os ha parecido la entrada? ¿Sabíais ya la enorme importancia que tenía la bicicleta en este país? ¿Os extraña que con el frío que hace esto sea así?
¡Cuidaos!
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