Este pasado fin de semana pude conocer la increíble y emocionante capacidad que puede llegar a tener un niño. Había conseguido, en los años 90, mover y convencer a cientos de personas para ayudar a otros niños menos afortunados que él.
Era la historia de un niño, Ryan Hreljac, que con sólo 6 años ya se preocupó porque los niños de África pudiesen tener un pozo del que obtener agua potable. Su grito de que "Toda persona en el planea merece agua potable, y una voz puede marcar mucha diferencia".
Ahora, una fundación tiene su nombre, Ryan's Well Foundation, gracias a la cual muchos niños necesitados pueden tener lo esencial para poder vivir: agua potable. Ya se han construido gracias a este proyecto 432 pozos en 15 países diferentes, dando servicio a 577.640 personas, todo un logro para un menor de edad.
P.D.: A mí me emocionó como nunca conocer la historia de este pequeño gran corazón, que había mostrado mayor sensatez y solidaridad que la gran mayoría de los adultos que le rodeaban. ¿Conocíais esta increíble historia? ¿Os ha gustado? ¿Qué opináis del niño bienintencionado?
Hasta pronto corazones.
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