sábado, 22 de noviembre de 2008

Tampoco se lo esperaba él.

¡Hola corazones!

Hoy os cuento en esta entrada algo más personal, puesto que ayer le dije a un gran amigo mío cuál era mi opción sexual. Costó mucho llegar a la frase pero, una vez pronunciada, el nerviosismo que tenía lo debió de coger más mi amigo.

Y es que resulta que no se lo esperaba, pero vayamos por partes. Todo esto sucedió un viernes por la noche, a la vuelta del Paso de Ecuador de una muy buena amiga que tenemos en común. Le acompañé hasta la residencia de estudiantes donde vivía y donde pensaba dormir él, y donde yo había aparcado el coche horas antes porque así íbamos juntos a coger el bus que nos llevase directos al evento.
El caso es que llevaba ya varias semanas queriéndoselo decir, y nunca me atrevía a arrancarme o bien la situación no la veía óptima para comentarle algo tan importante para mí como era eso.
Por fin, y ya pasado medio trayecto de vuelta a casa desde su residencia, cuando el silencio dominaba el coche y él empezaba a dormirse, empiezo a moverme y a ponerme nervioso, a gesticular y a intentar memorizar la frase más simple y corta que nunca antes (exceptuando 3 situaciones anteriores) había pronunciado.
Un tímido y sincero "Estoy super nervioso" salido del alma me sirvió de ayuda para que él se preguntara la razón en voz alta, a lo que le respondí yo que tenía que contarle una cosa muy importante pero que no sabía cómo se lo iba a tomar. Sin percatarse de nada mi amigo, muy inocentemente me dio a entender mi libertad en dar el paso o no, diciéndome que si quería contarme algo, que podía, pero que era decisión mía.
Cogí aire lentamente y, como si me fuese la vida en ello, le solté entrecor-
tadamente "Pues es que... quiero que sepas que... soy... gay". Enseguida pude sentir como si una losa de 30 kilos dejase de cargarme la espalda del alivio que sentí al soltarlo. Y parece ser que le fue a parar a él, porque enseguida se despejó y hasta me dijo que le costó dormirse esa noche. Rápidamente me expresó su apoyo incondicional, demostrando que no le importaba cómo fuera, que era su amigo y eso era lo que prevalecería.
No se lo esperaba, le vino de sorpresa, y para colmo yo le eché la bronca porque no se había dado cuenta, como molesto porque entendía que era algo obvio que él (ni las 2 personas que habían estado en su lugar anteriormente) no había percatado. Enseguida se lanzó a preguntarme curiosidades que le saltaron, agradeciéndole yo a él su predisposición y su apoyo, y haciendo él lo propio con respecto a la confianza que ahora depositaba en él.
Yo tuve la gran suerte, por tercer vez consecutiva, de encontrarme frente a una persona que valoraba la amistad que nos unía por encima de prejuicios sociales. Me alegré muchísimo por su reacción, y a mí también me costó dormirme. Incluso alguna lagrimilla me salió, pero de alegría, por saber que seguía teniendo unos amigos que no me merezco.


P.D.: La verdad es que estoy teniendo mucha suerte en los momentos y con las personas con quien quiero compartir esta parte de mí. ¿Habéis "salido del armario" vosotros? ¿Cómo fue vuestra experiencia? ¿Creéis que es algo que se debe hacer?

Hasta pronto corazones.

3 comentarios:

MysssM dijo...

Hoola! soy Speechles, como ya te dije ayer, estoy investigando tu Blog, con B jajaja. Y me he topado con esta entrada...

Bueno, yo también salí del armario...y lo hice con 12 años...a la primera que se lo conté fue a mi prima, recuerdo el momento como si fuese ayer..."Creo que me gusta Maca..." "Jajajajaja" "¿? te estoy diciendo que creo que me gusta una chica..." "Ya, ¿y?" "¿No me vas a decir nada o que?" "Pues...que me alegro, y que yo te apoyo en todo!"

Jajajajaja a partir de ahí se lo conté a amigas, unas lo aceptaron, otras no...y después a mis padres, que bueno, con mi madre peor de lo que imaginaba y con mi padre mejor de lo que imaginaba...^^

Pero sí, es muy grande el peso que te quitas de encima...

Un besito!!

Javier dijo...

Yo planeé durante mucho tiempo contárselo a un buen amigo. Sin embargo, nunca veía el momento.
Una noche, sin planificación previa y tomando algo por ahí con mi mejor amiga, de pronto quise contárselo. Costó Dios y ayuda. Jamás pensé que pronunciar unas simples palabras costara tanto. Sin duda fue un alivio y su reacción perfecta. Dijo que ya se lo imaginaba... jejeje... pero no lo tenía claro.
Desde entonces, tenemos una gran y estrecha relación.
Se lo he contado a más gente, pero aún me quedan los más importantes para mí: mi familia.
Supongo que de momento no tengo la necesidad que tuve con mi amiga, pero todo llegará.
En mi familia creo que también hay sospechas (mi hermana y mi madre). Sueltan comentarios y temas que nunca antes salían en casa (¿o será que ahora estoy más pendiente?). Supongo que, incluso, habrán comentado el tema entre ellas. Se lo habrán planteado.
Sin embargo, creo que no se lo tomarán muy mal (almenos las mujeres de la casa).
Me alegró, por ejemplo, un comentario de mi madre defendiendo ante un señor a los gays... Delante mia.
Creo que tendré suerte. Al fin y al cabo soy su hijo, su hermano. Somos familia.
Enhorabuena por tu historia y por tu blog.
;)

Alex dijo...

Holaaaaa!!!

Soy alex253962 del Youtube! Que he visto tu enlace al blog y me ha picado la curiosidad :p

Sé que la entrada es del 2008, pero debía comentarla, porque fue más o menos por la misma fecha del mismo año cuando yo se lo dije a mi mejor amigo, solo que tenía la variante que él también ha sido la persona por la que he estado más pillada :) Aceptó mi homosexualidad con sorpresa, pero bien, pero lo que de verdad sentía por él no me atreví a confesárselo :(

En fin, espeor que sigas actualizando este apartado del blog que está muy bien y lo tienes abandonaicooooooo!!!!

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