Volvemos a escribir en este abandonado blog para no dejarlo morir y seguir una tradición que me gusta mantener : hacer balance de lo bueno y malo, como diría aquella canción. Así pues, voy a comparar mis expectativas y proyectos del año 2020 (que gracias al Covid-19 creo que no he sido muy eficaz este año, pero al menos ya tengo la excusa, oye) para ver si más o menos he podido cumplirlo. He aquí entonces mi lista de buenos propósitos para 2021, que espero que puedan cumplirse porque eso significará que el mundo vuelve un poco a la normalidad.
Recuerdo bien que el año pasado me alegraba de estar, a finales de 2019, en una situación muy cómoda laboralmente, con un trabajo que me gustaba mucho y en una ciudad, París, donde siempre hay algo que hacer. Obviamente este 2020 ha estado marcado por la situción de crisis sanitaria desde el mes de marzo que ha hecho que nos pasemos la mitad del año encerrados. En mi caso ésto ha afectado precisamente a mi estabilidad laboral, que evocaba hace apenas una líneas, y a arrebatarme toda posibilidad de viajar (¡con lo que me gusta a mí eso!). Sea como fuera, creo que también ha servido para tener tiempo para sí mismo, para hacer balance y reflexionar más profundamente sobre cómo queremos ser y que el mundo sea gracias a nuestros hechos y decisiones.